Las drogas. Te despertás en casa de tus padres. Es de noche y estás en penumbras. Ni te acordás como llegaste ahí. La televisión está encendida y Woody Allen pone cara de tonto detrás de Hitler.
Hace mucho frió, tenés puesta una campera abombada para crudo invierno y unos guantes negros que te hacen acordar a Jean Reno en "el perfecto asesino". Todo el día fuiste un sicario arrogante con aire altivo, creyéndote superior y mirando a tu jefe como a un insecto.
La sonrisa macabra que se estrelló en tu cara se transforma.
Woody Allen está por decir la frase mas maravillosa que hubieras escuchado cuando desde el piso de arriba tu madre:
- Mañana tenés que ir a trabajar!!! Apagá la televisión!!!
Respirás muy muy muy muy profundamente.
Tu hermanita, la persona que mas amás, un poco porque no habla, otro porque es linda y otro porque te odia, comienza a llorar en el lamento mas hermoso que hubieras escuchado y pegado a ese deseo tu madre:
- Callate pendeja de mierda!!!
Sabés que en la cocina hay un gran cuchillo.
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